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La calibración de equipos es el proceso de comprobación de un instrumento sobre su medición y que esté funcionando dentro de los límites de precisión especificados. Este proceso asegura que los equipos midan correctamente y proporcionen resultados confiables. Es esencial estar al día con la calibración porque garantiza que los equipos mantengan su exactitud y rendimiento a lo largo del tiempo, lo cual es crucial, ya que un equipo mal calibrado puede generar datos inexactos, comprometer la calidad de los productos o servicios y poner en riesgo la seguridad y la salud.
La validación es el proceso mediante el cual se asegura que los equipos funcionan correctamente y cumplen con los requisitos establecidos. Este proceso implica pruebas rigurosas para confirmar que los equipos son capaces de realizar sus funciones previstas en condiciones específicas de uso. Mantenerse al día con la validación es fundamental, ya que garantiza que los equipos operen de manera segura y efectiva, minimizando riesgos para los pacientes y evitando errores en diagnósticos o tratamientos. Una validación adecuada también asegura el cumplimiento de normativas y estándares de calidad.